Por Aholibama Andrade
Fotos de Melisa Esmeralda Casillas Cobarrubias
Durante la última semana de marzo de 2021, por parte del Seminario Permanente sobre Estudios e Implicaciones del Riesgo, la Vulnerabilidad Social y los Desastres, se llevó a cabo el curso-taller “Comunicación de desastres en las redes sociales: fuentes de información, contenido y audiencias”, impartido por la doctora Camila Espina Young, periodista egresada de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras, quien cuenta con un Doctorado en Comunicación Masiva y una Maestría en Estudios de Medios. Actualmente es investigadora en ciencias sociales en el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés).
Ese curso-taller fue la sexta actividad del seminario que organiza la Facultad de Ciencias y la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociales de la Universidad de Puerto Rico y la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad “Bernardo O’Higgins” de Chile.
Espina Young mencionó que su trabajo en NIST se enfoca en el Programa Huracán María, el cual desarrolla diversos estudios que buscan entender en mayor profundidad los efectos y estragos del huracán María en Puerto Rico, registrado en septiembre de 2017.
En específico, el estudio que presentó a la audiencia se titula “Comunicación de desastres en las redes sociales: fuentes de información, contenido y audiencias” (mismo nombre del curso-taller). Explicó que la investigación se desarrolló en 2 momentos, y su interés en ese tema se centró en los actores de contenido, ya que son ellos quienes participan en la creación y diseminación de productos en redes sociales antes, durante y después de un desastre.
Asimismo, enfatizó la importancia de distinguir entre desastre, crisis y riesgo, puesto que, para cada uno la comunicación es diferente. En su trabajo, el término “desastre” lo toma desde la sociología como “un evento social que está relacionado a consecuencias negativas de un peligro natural o hecho por el hombre, de inicio agudo y repentino”.

La red social que analizó Camila Espina fue Twitter y el primer momento de la investigación fue la recolección de datos y análisis de contenido. Para ello, utilizó un software que le proporcionó todos los tweets públicos antes, durante y después del desastre (huracán María en Puerto Rico).
Ya con todos los tweets, la especialista analizó la interacción de la audiencia tomando en cuenta el número de retweets, número de likes y número de replies. En cuanto a la modalidad del contenido, se enfocó en saber si el tweet era únicamente texto, imagen, gif, video o gráficas. Dicho contenido lo examinó para ver qué era lo que ilustraba: destrucción, personas, animales o humor (memes). Por último, investigó la fuente de información (quién comparte el contenido) para saber si eran medios noticiosos, usuarios ordinarios, el Gobierno, organizaciones privadas, celeridades o bots,
La segunda parte de la investigación fue un experimento donde en una plataforma digital recreó hasta el último detalle un perfil de Twitter, centrándose en presentar 3 enfoques visuales (contenido reactivo, proactivo y héroe) a un grupo de personas que comparten un contexto geográfico similar.
Los resultados de ese experimento fueron: la experiencia previa del usuario respecto al desastre impera al momento de buscar información y la modalidad de contenido se centra en el aspecto visual, ya que promueve la interacción de los usuarios en las redes sociales debido al intercambio de información, opinión y participación de los internautas.
Por último, Camila Espina Young mencionó la importancia de las redes sociales en la comunicación de desastres, y recomendó a los manejadores de emergencias y a los periodistas y comunicólogos, capacitarse en la difusión de información de desastres en diversas plataformas digitales, para que el mensaje llegue a más personas de una manera rápida y bien estructurada. En cuanto a los usuarios de redes sociales, recomendó que se informen sobre la fuente que consultan y tener cuidado con el contenido que comparten para evitar la desinformación entre los lectores.


